Hi ♥

SUNSHINE.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Carta a Dios

...Porque sólo tú eres digno, oh Dios
de alabar, adorar, amar.
Nada merecemos de ti,
mas tú nos das lo que requerimos.

Tú nos salvas aunque erremos, si nos arrepntimos.
Me das amor infinitamente
aunque sin cansancio yo lo rechaze.

Buena salud tengo, un sin fin de bendiciones
pero, ¿qué hago yo por ti?
¿te doy amor infinito? ¿te alabo como mereces?

E incluso aunque yo te ignore durante mi día
tú estás atento, por si es que necesito de ti.
Nunca me abandonas, y eso no lo merezco.

¿Porqué me amas, si yo no te amo como debiera ser?
¿porqué me cuidad, si yo no me preocupo por ti?
¿Cómo puedo yo, demostrarte verdadero amor?
¿Te amo?, ¿Tú me seguirías amando si yo dejo de hacerlo?

Y por último, ¿Si intento tan sólo seguir amándote,
y te abro mi corazón y mi mente, estás dispuesto a llenarme
de ti?

Eso quiero, ¿Quieres entrar? <3

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Esa vez!

Todo había partido hace 3 años más menos. Sí, había aprendido a capear olas. Qué sensación más rica y adrenalínica a la vez. Espectacular. Ser de aquellos valientes a los que admiran quienes se bañan en la orilla con toda la arena. Geniales experiencias, chistes, choques. Ola tras ola algo nuevo. Pero esta vez fue la excepción. Sí, estaba bañándome con mi hermana y mi tía. Fue un verano de olas locas, comienzos de marejadas, muros de arena a la orilla de la playa, en fin, no era para bañarse. Recuerdo que estabamos dentro ya, y tomamos el acuerdo de que cuendo comenzaran las olas demasiado fuerte, saldríamos (estabamo muuy adentro). Estuvo bueno por un rato, pero luego, comenzaron las olas grandes y más grandes. Fuertes, y más fuertes, sí, ya era hora de salir. -Vamos dice mi tía, -Ya vamos, digo yo. -Nooo tomemos esta última que viene buena, mi hermana. En fin avancé un poco hacia afuera tratando de salir luego..pero no alcancé. La ola reventó encima de mi cara, se me pasó lo peor por la mente. Estaba desesperada al no poder tener control sobre mi cuerpo. Giraba y giraba en un viaje al fondo del mar sin vuelta. Hasta que ya no pude respirar. En ese minuto pensé en todo lo que había vivido, se me pasó todo eso por la cabeza, hasta que ya me entregué a la luz del tunel. Pero en eso mi cuerpo tocó fondo. Débilmente me di cuenta y puse mis pies sobre la arena. En fracción de segundos saque mi cabeza del agua y respiré. Respiré! fue el aire más precioso que pude inspirar en mi vida. Jamás pensé en apreciarlo tanto. Luego de darme cuenta en que lugar había quedado. Volteé, logré salir de aquel mar de aflicción, y no entré más a él, en aquel verano. Todo eso, marcó un antes y un después.

martes, 7 de diciembre de 2010